viernes, 8 de agosto de 2014

Bullying y patriarcado: el bullying como iniciación a la agresión machista.

JUANA

Tengo 30 años y es la primera vez que admito públicamente haber sido víctima de bullying escolar, mobbing laboral y acoso virtual. Hasta ahora, reconocía vivencias aisladas, pero tendía a relativizarlas. Cuando has sido víctima, aprendes inmediatamente la falsa creencia del mundo justo, esa en la que si alguien te agredió, debías merecértelo, tal vez no supiste prevenirlo, tal vez lo provocaste. Cada cambio en tu vida es una oportunidad para empezar desde cero, y no quieres que la gente sepa de tu vulnerabilidad.
Yo no sentía miedo a que se repitiera, me había habituado, y tampoco me avergonzaba, sabía que no era culpable, pero trataba de transmitir independencia, fortaleza.
Mi indefensión fue aprendida de una forma temprana: era niña, estaba sobreprotegida por mi madre (no consentida, sino controlada, anulada) y obtenía las mejores calificaciones académicas: Se me inculcó no alardear, no destacar, no suscitar envidias: yo escondía mis calificaciones y llegué a ser tutora de muchos compañeros que luego me despreciaban en el recreo. Era mi manera de ganarme su simpatía.

Primer paralelismo del bullying con el machismo: se pasiva, se mediocre, compensa a quienes se sientan amenazados rebajándote.

Se suele creer que la víctima de bullying es alguien sin habilidades sociales, cuando en mi caso, y otros que conozco, operaba de forma contraria: la necesidad de aprobación me hacía ser locuaz, paciente, solícita y servil. Y en mi caso, la violencia siempre era relacional: motes, rumorología, exclusión.
No necesité temer por mi integridad física, curso tras curso se advertía a los recién llegados que yo era "la rara", cuando la gente me conocía no era capaz de justificar por qué había sentido rechazo hacia mí (no era fea, ni tonta, ni gorda, no tenía discapacidades...como si esos handicaps justificaran más dolor), y se disculpaban por evitarme e ignorarme por no contrariar a los bullies, que solían ser los repetidores, los alumnos retrasados en los estudios y los conflictivos, y de quienes sufrí su animadversión por confrontarles:
....sucedía que mi única esperanza de socialización era con otras víctimas de bullying a quienes yo defendía.
Generé un complejo de salvadora que he arrastrado hasta hace poco, interactuando con personas que los demás evitaban sólo por temer que fueran prejuzgados como lo fui yo, defendiéndoles, hasta tener relaciones tóxicas y abusivas en mi adultez.

Segundo paralelismo del bullying con el machismo: Perdona a tus agresores, protege a otras víctimas, se indulgente, se cuidadora, haz de tu martirio tu orgullo.

Lo peor fue la complicidad de otros compañeros, la tolerancia de los docentes y la impotencia de mi madre: en mi casa intentaban enseñarme a ignorarlo, sin comprender que la secuela se producía por la exposición constante y prolongada.
Los profesores lo relativizaban porque no había indicios de violencia física, amonestaban a mi madre por protestar y hacerme " chivata" o me forzaban a "hacer las paces" con mis agresores cuando presenciaban algún episodio en lo que para mí era otra humillación más.
Con 14 años desarrollé anorexia y depresión, se achacó a que practicara ballet, no a que me desarrollara tarde y se hubieran esparcido motes sobre mí como "la nadadora" (nada por delante, nada por detrás, por no tener pecho) "esqueleto" o directamente, "anoréxica".
Yo no quería adelgazar, si no desaparecer: mi degradación me valió una tregua y el bullying cesó. Por fin, ya me autodestruía yo sola.

Tercer paralelismo del bullying con el machismo: No te defiendas: claudica, ríndete.

En la universidad fui incapaz de conectar emocionalmente con nadie, temía que me conocieran, supieran de mis traumas y me rechazaran, me volqué en estudios y empleo sintiendo que para mí ya era tarde hacer amigos.
En mi último trabajo estable, con una vocación sociosanitaria derivada de mi complejo de salvadora, acabé renunciando porque no soportaba el ninguneo de unos jefes incompetentes que veían en mí a alguien idealista que cuestionaba su inoperancia. Pero lo peor ha sido el acoso en internet: una violencia cobarde, anónima, difusa y latente,  tal vez de agresores sublimados, tal vez de otras víctimas resentidas.
Es adquirir notoriedad y que debas asumir no cuestionamiento, sino linchamiento, la culpa siempre es de la víctima por compartir una vivencia personal, por no consentir juicios de valor, por haberse expuesto, por...existir.
Si publicas imágenes, o te acosan sexualmente o te vejan físicamente, así que oculta tu aspecto.
Si opinas, enfrentarás no ya divergencias sino personalizaciones, descalificaciones, así que cállate.
Para mí la explicación a todo esto es clara: impunidad. Siempre son cosas de niños, cosas de trolls, el agresor está amparado por la ley y por la sociedad, mientras que se difunde la responsabilidad a la víctima, y además de un modo contradictorio si es mujer:
Nadie me ha validado que yo respondiera con un insulto o a un golpe, eso lo hacen los hombres que son impulsivos. Yo debía apelar a la compasión de mi agresor o minimizar el daño.
Si te ponen un mote, ríete. Si esparcen un rumor, ignóralo. Si te insultan, justifícate. Si te pegan o violan, no te opongas, pide ayuda, haz autocrítica.
El mensaje final es: Si intentan matarte, haznos el favor y muérete.


***

BUDDY

Hola Buddy. Eres el único hombre de todas las personas que han querido darme testimonio sobre el bullying recibido. Quiero informarte de que tu entrevista será anónima.
No me preocupa, salí de ese armario hace ya tiempo. Soy hetero pero lo del acoso lo consideré tema tabú mucho tiempo.
Y tienes toda la razón cuando dices que es producto del patriarcado. Hay tema de racismo y clasismo, pero el que más aisla es el patriarcal: al chico nenaza o a la niña gorda del grupo de pares.
Lo mío empezó en 2° de EGB (5 años)

¿Qué edad tienes y en qué lugar pasaron los hechos?
Tengo 40 y pasaron en los 4 colegios en los que hice la EGB.
Madrid (2 colegios), Barcelona y Almería.
En el primer colegio de Madrid solo recuerdo mucha hostilidad y un grupo de niños del comedor y de hockey que me aterrorizaban. Los golpes eran intencionados pero dentro del juego.

Supongo que esa repetición en diferentes lugares te dejo un sentimiento muy fuerte de culpa
Si, soy ACI o superdotado o como lo quieras llamar... pero yo no lo sabía. Y no entendía porqué yo era raro.
Te pegaban a ti especialmente y no sabías por qué. ¿Por qué pensabas que era al principio?
Coincidíamos en hockey, yo era muy pequeño de tamaño y decían que no jugaba bien.
Pensaba que era por fastidiar el juego, el hockey es muy agresivo y el cura que lo daba era especialmente bestia.
Y yo era lo más pequeño que había en el campo aparte de la bola.
No tengo mucho recuerdo de aquello... y cambié de colegio en 2°
Allí fue donde empecé a leer en serio y me aparté más.
Yo iba al Colegio del Pilar y mi padre quedo en paro. El colegio del Pilar es una fábrica de ministros y directores generales. Es donde va la élite del nacional catolicismo
Y pasé a uno publico pero del centro de Madrid. Pijo de la muerte

¿Qué pasó en el 2 colegio?
Me llamaban marica o nenaza y me pegaban empujones o golpes no muy fuertes. Pero sobre todo me inmovilizaban entre varios...
Empezaron a encerrarme en el baño de las chicas.
Tenía 6 y 7 años.
De ahí nos fuimos a Barcelona. Mi padre consiguió un trabajo allí.

¿Qué significaba para ti que te compararan con chicas o homosexuales?
Nada... Me gustaba estar con mi hermana y sus amigas y era muy afeminado.
Lo que me dolía era el rechazo cuando yo solo quería agradar. Recuerdo explicar matemáticas a gente de mi clase desde 3°

¿Lo veían los profes? ¿Te ayudaron?
Solo una profesora quiso verlo y me ayudo.
En 5° (10 años), en Barcelona. La llamaban Sargento Furia.
Fue el año más tranquilo de mi infancia. Tenía ojos en el cogote y sabía que pasaba algo.

Cuando dices que solo una profe quiso verlo, ¿te refieres a que el resto se hacían los locos?
Me refiero a que si no hubiera ido a clase se habrían alegrado.
El peor acoso era el que venía de los profesores.

¿Cómo te acosaban?
Tuve a uno que te levantaba del suelo cogiéndote por los pelos del cogote y te soltaba cuando se rompían.
Pero el resto se limitaban a despreciarme. Si no es que era vago, es que era tonto o cobarde o nenaza.
Yo era un niño muy raro que no se integraba y pasaba de ellos.

Pero que luego, si me acordaba de estudiar la noche antes, sacaba un 10 en el examen.
Supongo que les frustraba.

¿Y al resto de los chicos de la clase? ¿También los maltrataban o solo a ti?
El bestia sí... ese golpeaba a todo el mundo, era otra época. Yo nací y Franco no había muerto aún.
Pero los insultos si eran para mí.
Tuve 2 buenas profesoras: la de 5° y la de Matemáticas de 7° y 8° en Almería.

¿Qué explicación le dabas a lo que te pasaba?
Que era una prueba que me enviaba Dios y que tendría recompensa algún día. Yo era monaguillo y muy creyente.
O que yo era una mierda que estaba haciéndolo todo mal y que me lo merecía.
Dependía de como estuviera de ánimo.
A veces las dos a la vez.
Hasta pensar que estaría mejor muerto y no estorbar a mi madre. (Que intentó por todos los medios saber que pasaba y siempre me apoyó)

¿Intentaste usar alguna estrategia que neutralizara el maltrato?
Pagar sobornos, adular al líder, hacer la tarea de los demás (la mía no la hacía nunca)
Y tener una vida aparte con mis hermanos en la que yo era el jefe y no el bufón.
Mi madre iba a hablar con los profesores, se enfrentaba a otras madres...
Pero yo nunca contaba nada, así que no podía ayudarme.
Pero no podía, si lo contaba el problema entraba en casa. Y era donde yo estaba bien.

Pero ella lo sabía igual: ¿cómo?
No sé cómo lo sabía mi madre... supongo que a base de mirarme

El acoso... ¿cuándo paro?
Nunca, lo resolví con violencia.
En el instituto trace una ralla y si me tocabas mas te valía matarme... porque yo no iba a parar.
La realidad es que yo era más fuerte que muchos de mis acosadores. Hago atletismo desde los 8 años. Y mi madre me apuntó a judo y taekondo

¿Tu madre quería que aprendieras a defenderte?
Sí, mi madre intuía por donde iban los tiros.
Pero tenía mucho miedo de hacerles daño y que la cosa fuera peor. En una ocasión derribé a uno de los habituales de un puñetazo.
Me sentí genial, hasta que me cogieron entre 4 y me sujetaron.
Me molieron a golpes después de clase. Mi madre se enteró y llevo el asunto a dirección. Yo no quería hablar y nos castigaron a todos. De los que me atacaron, solo cogieron a los dos a los que marqué la cara a patadas defendiéndome.
Siempre jugaban con los límites el pequeño empujón, la colleja casi sin dolor, estabas siempre ansioso y sin posibilidad de respuesta
Incluso cuando parecía que la amenaza iba en serio y me armaba de valor y los encaraba, se reían se daban la vuelta y decían que era broma.
Yo era una nenaza que no aguantaba las bromas: un mariquita que no sabía jugar como un hombre.
En el instituto me junte con los rockers y la cosa cambió. Tenía mucho odio acumulado. Y decidí que prefería el odio al miedo.
Tenía miedo a las alturas (y lo sigo teniendo) y me subía a andamios o hacia escalada libre. Me llamaba cobarde si retrocedía
Tenía miedo a los vehículos y me saqué el A1 a los 16.
Odiaba el miedo y usaba el odio para acabar con el miedo. La gente no me importaba en ese momento. Yo me odiaba más que ellos.
Y lo mejor es que en aquel momento todo había cambiado. Estaba en una clase con 30 chicas y 4 chicos. Todos me querían bastante.
Pero quería ser el enemigo.
Pensaba que no valía la pena y que mejor estaba solo que haciendo daño a los demás.
Sentía culpa, castigo, mas culpa por castigarme, mas castigo.... un desastre. Menos mal que fueron cabezonas algunas y no me soltaron.
En dos ocasiones se me fundieron los plomos y se me fue la mano. La primera cuando me encontré a uno de mis acosadores de EGB.
Quise vacilarle y lo entendió mal y salió corriendo. Lo cacé y le estuve dando hasta que me pararon mis amigos. Yo llevaba anillos...
Le dejé la cara hecha pulpa... yo me había destrozado las manos...

¿Y la otra ocasión?
Me llevaron a casa de mi tío que es psiquiatra y vive en un pueblo. Todo era una encerrona para que me pasaran test y eso. ¿Mi diagnostico? ACI, 165 de CI
Yo creía que iba a ver a mis primos pero mis primos no estaban. Estaban de vacaciones en otro lado. La única compañía eran un grupo de niños. El caso es que el grupo de niños estaba comandado por una niña de 13 (yo tenía 14) que se dedicó a hacerme la vida imposible.
Un día, llorando le pregunté que por qué me odiaba. Me respondió que no me odiaba. Que solo me despreciaba. Le grité que a partir de ese momento me odiaría y la tiré por unas escaleras. Baje corriendo y le di dos patadas.
... nadie se enteró. Por lo visto a ella le habían encargado ser simpática conmigo porque lo estaba pasando mal. Así que tampoco lo contó, habría tenido que dar muchas explicaciones.
Pero yo quedé aterrorizado del daño que podía hacer.
Podría haberla matado.

Al año siguiente repetí y empecé en la clase con tantas chicas... además me apuntaron al psicólogo, en principio por los estudios.
Mejoré mucho, pero seguía sin soportarme y con ataques de ira muy violentos.
Me  ayudaron tanto profesores, como mis compañeras o el psicólogo. Mi madre también fue maravillosa.
Al menos logré golpear cosas en vez de personas cuando perdía el control. Pero he roto muchos armarios y puertas.

¿Sigues teniendo secuelas?
Si, sigo teniendo miedo a la gente, me desconciertan las reuniones donde no tengo claro mi sitio. En general bebo más de lo que quisiera.
Y tiendo a llenar cualquier silencio con palabrería. Pienso que si no paro de hablar no se darán cuenta de lo poco que valgo.
Luego hay otra cosa: Soy totalmente irracional cuando veo una injusticia. Si veo a alguien atacado en desventaja, me meto.
Me he lanzado a por seis tíos más grandes que yo sin pensar y los he hecho retroceder a gritos y amenazas.
Me duelen las injusticias, no entiendo como alguien puede hacer daño conscientemente a otra persona.
Soy ACI. Y según los libros empatizamos fatal... pero no creo que tengan razón del todo.
También actúo cuando veo un accidente (soy socorrista y conductor de ambulancia)
No puedo dejar a nadie sufriendo.

Simplemente no puedo.